La pandemia del COVID-19 ha desencadenado una serie de desafíos para el tejido empresarial. Una de las herramientas que se han presentado como solución en estos tiempos difíciles son los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). El gobierno, reconociendo la magnitud del problema, ha modificado el régimen jurídico de los ERTE, facilitando su adopción para paliar los efectos de la crisis. A continuación, detallamos los puntos esenciales sobre el ERTE COVID-19 que tanto empresas como trabajadores deben conocer:

  1. Causas de Fuerza Mayor:
    • El ERTE COVID-19 se puede aplicar si existe una orden de cierre por el estado de alarma, o si hay causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (causas ETOP) derivadas directamente de la situación creada por el COVID-19.
  2. Reducción de los Plazos:
    • Los plazos para la tramitación del ERTE COVID-19 se ven reducidos durante el estado de alarma. En caso de causas ETOP derivadas del virus, el plazo es de 7 días para negociar con los representantes de los trabajadores o con ellos directamente. Si el ERTE es por fuerza mayor, el plazo se reduce a cinco días para la emisión de los informes de la autoridad laboral, sin periodos de consulta con los trabajadores, que se sustituye por un deber de informar al trabajador.
  3. Exoneración del Pago de Cuotas a la Seguridad Social:
    • En los ERTE COVID-19, se exonera el pago a la seguridad social de las cuotas correspondientes por los trabajadores si la empresa tiene menos de 50 trabajadores. Si la empresa cuenta con 50 o más trabajadores, deberá pagar el 25% de las cuotas.
  4. Afectación Mínima a los Trabajadores:
    • Los trabajadores bajo ERTE COVID-19 experimentarán una reducción del salario, percibiendo del SEPE el 70% de la base reguladora de su salario mientras dure el ERTE. La suspensión temporal no afectará futuras prestaciones de la seguridad social, antigüedad, cotizaciones, ni ninguna otra circunstancia laboral o de la seguridad social.

La tramitación del ERTE no es automática y requiere la presentación de documentación justificativa ante la autoridad laboral, además de iniciar negociaciones con los trabajadores. Se recomienda estar asesorado por profesionales durante todo el procedimiento para asegurar una gestión adecuada del ERTE COVID-19, protegiendo así tanto los intereses de la empresa como los derechos de los trabajadores.